Ambulancias, policías o bomberos
Alex Suárez |
Muy pocas veces había puesto atención a esto, será porque he estado muy ocupado, distraído o porque antes no sonaban tan seguido, no lo sé, pero si comprendo que los tiempos han cambiado.
Saliendo de casa hace unos días atrás alguien me dijo “tenga cuidado la policía anda regada” traduciendo la jerga nicaragüense quiso darme a entender que había mucha presencia policial en las calles, solamente escuche y moví mi cabeza en señal que había escuchado su advertencia, a la vez para saludar y decir a dios, cuanto se puede decir con un solo movimiento de cabeza, jajajaja; cuando aun no llegaba a mi destino pensaba en lo que se me había dicho minutos atrás “cuidado con la policía” “quien debe de tener cuidado con la policía son los que transgreden la ley”- me dije- o sea los delincuentes, ¿porque Yo tengo que tener cuidado con la policía?- me pregunte, hasta donde tengo entendido la policía existe para establecer la ley y el orden, para cuidar y proteger al ciudadano de la delincuencia común y del crimen organizado.
Como dije unas líneas atrás “los tiempos han cambiado” me pregunto ¿qué le dirá la mamá a su hijo o hija policía cuando sale de su casa? “tené cuidado que anda mucha gente en las calles con morteros, hechizas(armas artesanales) y piedras”, me imagino, lo cierto es que están muriendo personas, unos protestando, otros en cumplimiento de su trabajo, otros solo estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado, es lamentable que un segmento de la población vea a la policía como adversarios o enemigos, también es lamentable que la policía vea a este segmento de la población como violadores de las normas y conductas que rigen a los ciudadanos.
Las sirenas siguen sonando, en las casas de policías y de gente civil sigue el luto y el dolor,
¿Hasta cuándo?
Dios es la fuente de nuestra paz.
“Y el mismo Señor de paz os dé siempre paz en toda manera. El Señor sea con todos vosotros.”
(2 Tes. 3:16, RVR60)
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (Fil. 4:6–7, RVR60)
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